Septiembre, vuelta al cole

   Respiro, si, respiro... 
   
   He querido tomarme unas mega vacaciones sabáticas y desconectar en la medida de lo posible de todo esto, y tengo que decir que me han sentado de lujo. Digo en la medida de lo posible porque siempre esta la simpática que te lo recuerda con su frase:
- Pero que a gusto estáis sin niños, de verdad- Pero ... ¿Te he dicho en algún momento que los quiera tener o me estás preguntado si pienso tenerlos? Acordaros que no es un hijo, son miles de hijos, siempre hablan en plural. Ahí viene la sonrisita pícara que tanto me gusta, jiji.
   En este último año he aprendido a tener más paciencia de la que tenía, controlar la calma y aprender a disfrutar del día a día. Antes también lo disfrutaba, pero siempre lamentándome del problema. Ahora parece que lo miro con otra cara. Tengo claro que esto no va a poder conmigo. 
   Cuando nos sometemos a tratamientos, parece que todo tiene que girar alrededor de ello y estamos muy confundidas, porque lo que hacemos es estar mas pendientes del problema que de lo que va pasando cada día. Hay que distraerse: salir, entrar, hacer o deshacer, planear, planificar (no sobre bebes), relajarse ... ser positivas ante todo. 
   Antes de irme a las segundas sabáticas vacaciones, tuve que pasar por el hospital para que me diesen el resultado de la beta ficticia que nunca me hice al haber estado de viaje. A mi me gusta la originalidad, en vez de darme ellos el resultado de mi esperado embarazo fui yo quien les dije el resultado negativo, les hice el lío y esta vez los que pusieron cara de lástima fueron ellos, así parece más fácil, ¿verdad?. Como dice Alejandro Sanz... "no es lo mismo, decir, opinar, imponer o mandar... es distinto".